La Feria Fluvial de Valdivia es un mercado que se extiende a lo largo de la costanera valdiviana justo bajo el Puente Pedro de Valdivia. En el mercado son comercializados alimentos como mariscos, pescados y vegetales además de artesanía, libros y joyas. Es un atractivo turístico de la ciudad y lugar icónico ubicado en el imaginario colectivo. Desde el año 2009 es considerada como Monumento Nacional de Chile bajo la categoría de Zona Típica.

Las dimensiones que componen el paisaje sonoro del mercado fluvial contribuyen a la creación de un relato audiovisual que logra situar e imaginar recorrer el mercado siempre muy llamativo.

Para comenzar, es posible apreciar la música en vivo de un grupo musical ubicado a un costado, quienes por estas fechas suelen aportar al paisaje sonoro de la costanera con sus ritmos. Hombres jóvenes y energéticos ofrecen bajo el sol de verano paseos en barco por los alrededores del río. Las variadas voces (biofónica) de la multitud son casi imposibles de identificar entre las tantas conversaciones que se forman en ese estrecho pasillo. Los sonidos alarmantes de los pájaros (biofonica) esperan expectantes las sobras de pescado que la gente les suele tirar luego de faenar las tantas especies submarinas que comercializan. También, se mezcla el viento con la tenue corriente del río calle calle, (geofónica). Los gritos de los vendedores anunciando sus productos son silenciados a ratos por las bocinas de los autos (antropofónica) que recorren la calle continua. Cada quien anuncia con más fuerza lo que tiene para la venta, captando la atención a través del oído de quienes recorren el mercado.

Caminar por el mercado fluvial significa entrar a una dimensión de caos, gritos, colores vivos, olores fuertes y sonidos peculiares y únicos del lugar. Turistas y clientes habituales se relacionan por segundos y se sumergen en el pasillo vivo que resulta ser la feria fluvial.

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